Acabo de recibir un correo en el cual me
dan a conocer una interesante entrevista que le hacen al investigador Josep Quer con el
siguiente mensaje:
Buenos días querido amigo.
No es desde Cataluña sino desde el
Hopistal de la Vall d'Hebron de Barcelona que, por cierto, no siempre ha sido
bien tratado por los gobiernos de la Generalitat, especialmente por la
conselleria de Salud. Conviener recordar el caso de Manuel Galiñanes, el que fuera
jefe de Cirugía Cardiaca del Hospital, perseguido y destituido en su día por el
GovernGene.
Espero que estén bien.
Animo. Salud,
SLA
03.04.2020
Ante el estado de animo en
que vivimos estos días, noticias alentadoras como está quizás hace más llevadero y esperanzador
nuestro confinamiento y, aunque es verdad que los resultados de esa investigación
pueden ser lentos ponerlos en practica, lo cierto es, que se abre ante nosotros
una brizna de esperanza ante tan desalentador panorama que tenemos por delante.
Una vez más, es esa parte importante de la Sociedad “que tan olvidada y
desatendida económicamente hemos tenido sin prestarle la más mínima atención" (Los
científicos). Que en momentos como lo que estamos viviendo es cuando nos damos
cuenta y pasamos a valorar la eficaz e importante labor que este colectivo
realiza en bien de la Sociedad. Abriendo sus conocimientos al resto del mundo y
no tratando de crear fronteras como pretenden algunos políticos con el solo objetivo
de obtener algún rédito. La respuesta de este doctor al respecto es muy clara:
“La
secuencia que hemos identificado en el Vall d'Hebron la comparamos con otras
secuencias de otros hospitales de España y del mundo. En repositorios como
GISAID tenemos subidas 50 secuencias de España, del Carlos III y la Paz de
Madrid, de Valencia y del Irsi Caixa, y 3.200 de hospitales y centros de investigación
de todo el mundo.”
Osea, abierto al mundo, y no cerrados ante la
inoperante que nos están demostrando nuestros políticos. Y, si algo “bueno” nos
va a dejar está pandemia es, el haber despertado conciencias y enseñarnos a
valorar lo importante que es la investigación para proteger a un pueblo. Sin
olvidar por supuesto, lo que significa tener un buen sistema sanitario. Por lo
que a partir de superar esto, habrá un antes y un después. Por lo que: ¿Abecés, de la adversidad
también se pueden sacar cosas "buenas"? Así que habrá que decir aquello de: “No
hay mal que por bien no venga”. Y una cosa creo que nos va a quedar clara. (La
que después de está, no todo seguirá siendo lo mismo) ¿Así que político/as,
empiecen a preocuparse? Bueno, si es que ya no lo están
Salud y fuerza para superar esto, es lo que tenemos
que desearnos.
ENTREVISTA
Josep Quer, investigador:
"Secuenciar el genoma del coronavirus permite dibujar un mapa para saber
cómo atacarlo"
Este doctor y su equipo del Vall d'Hebron han secuenciado el genoma
completo de dos cepas del coronavirus: "De momento las secuencias indican
que el virus no cambia mucho, lo que da esperanzas para que la vacuna sea más
efectiva"
02/04/2020 - 22:22h
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Los investigadores del Hospital del Vall d’Hebron de Barcelona han logrado
secuenciar el genoma completo de dos cepas del coronavirus de dos pacientes, lo
que permitirá comparar las secuencias entre diferentes enfermos y países para
ver cómo el virus ha ido cambiando a medida que se extiende entre la población.
Uno de los responsables del proyecto es el doctor Josep Quer.
¿Qué significa secuenciar el genoma del coronavirus?
En el genoma está toda la información que necesita el virus para infectar a
una persona, transmitirse y causar la enfermedad. Toda esta información está
escrita en código genético en su material genómico en forma de ARN [tipo de información genética].
Secuenciar el genoma del virus permite conocer mejor cómo es y afrontar
distintas estrategias y objetivos.
¿Con qué secuencias comparan la que han obtenido en el Vall d'Hebron?
La secuencia que hemos identificado en el Vall d'Hebron la comparamos con
otras secuencias de otros hospitales de España y del mundo. En repositorios
como GISAID tenemos subidas 50 secuencias de España, del Carlos III y la Paz de
Madrid, de Valencia y del Irsi Caixa, y 3.200 de hospitales y centros de
investigación de todo el mundo.
¿Se podrá saber cómo y cuándo se han ido produciendo las mutaciones del
virus desde China?
Sí. Podremos trazar cómo ha sido la entrada del virus en nuestro país. La
secuencia nos permite ver las pequeñas mutaciones del virus que se van
produciendo. Tener la secuencia del brote actual nos permitirá además saber los
cambios futuros si, como se prevé, el virus baja su incidencia y queda como un
virus estacional. Los virus estacionales son los resfriados de octubre a
diciembre que tenemos, que son de cuatro especies distintas; de diciembre a
marzo tenemos la gripe y después los virus de las diarreas.
Este coronavirus, que es nuevo, nadie en todo el planeta lo había visto ni
había entrado en contacto con nadie. Por esto el virus pudo expandirse tan
rápido. Al infectar el primer paciente en China no había nadie en el mundo
inmune a él. Cómo evolucionará el virus después de este brote no lo sabemos,
pero teniendo la secuencia del brote actual con su patogenia permitirá
compararlo con el que pueda aparecer más adelante y tomar medidas de
prevención.
Por lo tanto en el futuro disponer de la secuencia del el genoma del virus
cobrará mayor importancia para predecir su comportamiento.
Sí, la secuenciación nos puede servir para prever recurrencias de brotes
del virus en el futuro. Es muy importante, y es otro de los objetivos que
tenemos en el laboratorio, estudiar la variabilidad del virus. Estudiar la
variabilidad del virus es importante no solo para ver dónde muta el virus sino
también para ver dónde no muta nunca, es decir, qué es lo que es esencial para
el virus y qué no cambia. Estas zonas son las propensas para ser dianas
terapéuticas, es decir, para ser el objetivo del diseño de antivirales y de las
vacunas.
La secuenciación es una de las vías para dibujar el mapa del virus y saber
cómo atacarlo, junto a otras investigaciones como los estudios de las proteínas
del virus y cómo interactúan con la célula, los que estudian el receptor del
virus o cómo lo hace para entrar en el cuerpo, así como los estudios de líneas
celulares o modelos animales.
¿En qué medida la secuenciación del genoma y la variabilidad del virus son
importantes de cara a la vacuna contra el virus?
Nosotros damos las herramientas de apoyo para los que diseñan vacunas y
antivirales. Ahora mismo las dos herramientas que necesitamos son los
tratamientos antivirales y las vacunas. Los primeros son la acción directa para
ayudar a la respuesta inmune del paciente con COVID-19 a eliminar el virus, y
las segundas se necesitan para dar inmunidad a la gente que no está infectada.
Para el diseño de vacunas siempre hay que buscar zonas del genoma muy
conservadas y que el virus no varíe.
Nosotros trabajamos con enfermedades hepáticas y estamos centrados en la
hepatitis C, y ahora nos hemos puesto al servicio del departamento de
microbiología, liderado por el doctor Tomàs Pumarola, y del doctor Andrés
Antón, experto en virus respiratorios. En virus con mucha variabilidad como la
hepatitis C, las vacunas no han tenido éxito porque es un virus mucho más
variable que el coronavirus, es peor porque escapa y tiene muchas variantes. Lo
que pretendemos con el coronavirus es estudiar su variabilidad para estudiar
las regiones del virus hacia donde dirigir las vacunas y la respuesta inmune al
virus.
¿Les mutaciones en la secuencia del virus pueden explicar la aparente falta
de efectividad de los fármacos que se han utilizado hasta ahora?
De momento está todo en ensayos clínicos y lo que se usan son antivirales
que se utilizaban para otros virus. Ahora hay una investigación muy importante
de inhibidores específicos de este virus. Por ejemplo la secuencia se puede
usar para estructuras secundarias de la proteína y buscar qué antivirales se
enganchan allí. Ya se hizo con la hepatitis C y se desarrollaron antivirales
que bloquearon el virus y no dejaron que se replicara, que ha sido el gran
éxito de la hepatitis C. Esto es lo que se está haciendo ahora, buscar terapias
específicas para bloquear la actividad del virus. Pero se necesita tiempo.
¿Puede haber una diferencia de las cepas de virus entre países o incluso
entre regiones?
Sí, incluso entre pacientes. En una infección viral hay básicamente dos
actores: el paciente, con su respuesta inmune, y el virus. En este caso el
virus se tiene que adaptar a cada paciente y los pacientes pueden tener
pequeñas diferencias. Con la patogenia pueden estar implicados tanto factores
del paciente como del virus y por eso hay que hacer estudios muy completos con
muchos pacientes para buscar relaciones entre mutaciones y cambios en el virus.
¿Se ha descubierto ya algún cambio clave en la mutación de virus?
No consta pero cada día van surgiendo nuevos trabajos y mañana puede salir
algo. Todo el mundo está buscando una mutación del virus que explique su mayor
patogenia. Pero de momento la secuencia indica que no hay muchos cambios, y
esto da esperanzas para que la vacuna sea más efectiva.
¿Por qué?
Porque cuantos menos cambios, más números tiene la vacuna para funcionar.
Parece que este es un virus que varía muy poco en comparación con la hepatitis
C, que es muy cambiante. Pero igualmente hay que contextualizarlo: no varía
porque no le ha hecho falta. Desde que entró en la gente el virus se ha
encontrado a toda una población que no tiene memoria ni respuesta inmune al
virus, por lo tanto no ha tenido presión selectiva para variar. A la que
comiencen a entrar antivirales y vacunas tendremos que ver su inmunidad y qué
es capaz de hacer el virus para aumentar su tasa de mutación.
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